domingo, 6 de febrero de 2011

Capítulo 2

   Capítulo 2
Después de una larga discusión con Rosemarie logramos subirlas al jet privado de la Academia. Me había propuesto averiguar las causas del secuestro, pero ellas habían huido, conducta que tampoco logre entender y eso me reconcomía. Aún así eran listas y sabrían que noquear a diez guardias y salir de un jet sería casi imposible, pero mejor prevenir que curar.
-No les dejéis hablar entre ellas- le advertí a mis compañeros-. Si las dejáis cinco minutos juntas, se les ocurrirá un plan de fuga.
Me quede mirando a la dhampir, su rostro era difícil de interpretar, pero parecía algo molesta, aunque supongo que miles de cosas le estaban molestando en ese momento. Entonces veo el rostro de la princesa Vasilissa, sentada a mí lado. Su rostro tenía la misma extraña mirada, pero más fácil de interpretar: miedo.
¿Cómo era posible que ambas tuvieran la misma expresión, aun así tan diferente? Las dos tenían una ligera expresión de miedo, pero la dhampir mostraba más desafío, enfado, el cual aumentaba en proporción al miedo de la otra.
La curiosidad me venció cuando la dhampir parpadeo, como volviendo en si, como si hubiese vuelto a tomar el control de su cuerpo perdido durante unos instantes. Quería saber el por qué de su huida, sus reacciones, sentimientos entre ambas, no podía dejarlo pasar.
La actitud de Rose me impresionaba, estaba protegiendo a la princesa, como si pudiera con todos nosotros si hiciese falta. Absurdo. Valiente. Protegería a su moroi sin importan la circunstancias, puede que sea una buena guardiana después de todo.
Casi al final del vuelo intercambio mi posición con el guardián situado junto a la dhampir:
 -¿De verdad  ibas a atacar a todos?- le digo tras un rato en silencio-Hacer eso... protegerla de ese modo… es algo muy valiente-hice una pausa, para mirarla mejor y ordenar mis palabras -Estúpido, pero muy valiente, sin duda. ¿Por qué lo intentaste siquiera?- Se aparto el pelo del rostro y volvió la vista atrás de modo que pudiéramos mirarnos directamente a los ojos.
-Porque soy su guardiana-tras esto volvió a mirar por la ventanilla. Ese tono desafiante en su voz, era valiente y estaba decidida a proteger a su moroi, los padre de la princesa quizás hicieron una buena elección. Excepto por el secuestro, que no había sido ni secuestro, del que las dos habían salido ilesas y eso ya es algo.
Me quede un rato más a su lado mirándola: su pelo, su cara, su cuerpo, captando cada detalle, era una chica guapa y valiente, pero creo que su valentía hacia que hiciera cosas irracionales, por un lado era bueno, por el otro, necesitaba estar en forma para enfrentar ciertos riesgos y saber cuándo y cómo actuar.
Finalmente volví a mi asiento, al parecer no quería hablar, yo tampoco era de los que hablaba mucho, no podía hacer lazos tan fuertes con otras personas, eso impedía que me concentrase en mi deber “Ellos son lo primero”. Pero Rose valía la pena con un poco de entrenamiento podría llegar a ser una de las mejores guardianas, sería un pena que la directora  no le diera otra oportunidad.
El jet finalmente aterrizó, pero no les dimos ninguna opción de escape, ya que un coche nos esperaba, lo habían envido según informamos del éxito obtenido en la misión, buenos mis compañeros lo hicieron ya que yo estaba ocupado observando el comportamiento entre estas dos amigas. Este fue otro momento en el cual me sorprendieron: La dhampir no quería entrar en el jet ya que sería casi imposible escaparse si subía, pero según la princesa se encaminó hacia el interior ella dejó de resistirse y la siguió, y antes de sentarse se fijo en la cara de la princesa donde mostraba sus sentimientos, entonces se sentó sin rechistar. Todo era muy extraño entre estas dos, me hubiera gustado preguntarle a alguna de ellas que estaba ocurriendo, pero era obvio que no responderían.
Estaban muy unidas, tenían un vinculo muy fuerte… ¡Eso es! Tenían un vínculo, no es algo muy común, pero los guardianes con esos vínculos son los mejores para ese moroi en concreto, entonces igual tenían miedo y por eso huyeron.
Cuando el coche aparcó y nos dejaron entrar en la Academia tras echarnos un vistazo, nos dirigimos al despacho de la directora pasando por el campus de secundaria. A medida que nos acercábamos a los edificios principales del bachillerato la dhampir, Rose, se apartó de su guardián y corrió hacia mí.
 -Eh, camarada- hablo como si fuéramos viejos amigos, pero yo no la mire.
-¿Ahora te han entrado gana de hablar?
-¿Nos llevas a presencia de Kirova?
-Directora Kirova- le corregí. Seguía creyendo que sería buena guardiana, pero aun así hacían falta más que la valentía y la fuerza para salir con vida en una batalla.
-Directora o lo que sea, sigue siendo una estirada y vieja perr...–sus palabras se desvanecieron conforme nos introducíamos a través de una serie de accesos directos hacia las zonas comunes. Me llamó la atención cuando suspiro y vi que se estaba sonrojando, sentía vergüenza y también rabia. Era la hora del desayuno y  muchos morois y dhampirs disfrutaban de la vida en sociedad. No entendía su escapada. Estos eran sus mejores años luego saldrían al mundo exterior, al cual no estaban preparados, en mi opinión las academias no mostraban bien como es la vida en realidad, los preparan para lo que puedan necesitar, pero nadie sabe lo que le espera afuera hasta que se enfrentan a ello.
Giramos en dirección la oficina de la directora Kirova. Cuando entramos la mayor parte de la escolta se fue, solo nos quedamos Alberta y yo.  De pie se encontraba la directora, no me había fijado la primera vez que la vi, pero se parecía a un buitre, y sentado en una de las sillas estaba Víctor Dashkov, estaba muy enfermo, su piel estaba demasiado pálida y manchada, se estaba muriendo.
-Vasilissa- dijo este antes de que la directora comenzara lo que sin duda sería una sesión de quejas de primera categoría.
- Tío- susurro Vasilissa y su voz sonó al borde de las lágrimas cuando se abrazaron. Víctor Dashkov no era el tío de Vasilissa, pero debe haberse portado como tal desde la muerte de los padres de está.
- No tienes ni idea de los feliz que me hace que estés a salvo, Vasilissa-después mirando a Rose añadió- Y también tu Rose.
La Sra. Kirova los concedió unos momentos y después, con rigidez, llevo a la princesa hasta su asiento. Entonces empezó a hablar con la princesa Dragomir, con la cual no tardo demasiado se notaba que a quien culpaba de todo era a la dhampir.
- Y usted, señorita Hathaway, ha roto el compromiso más sagrado entre los de su especie: la promesa de todo guardián de proteger a su moroi. Es una gran confianza  la que se deposita en usted, una confianza que usted ha traicionado de forma egoísta sacando a la princesa de aquí. Los strigois estarían encantados de terminar con los Dragomir y usted casi se lo sirve en bandeja-dijo la directora, y hasta cierto punto tenía razón.
-Rose no me secuestró- dijo Vasilissa antes de que la dhampir pudiera hablar, su voz y su rostro estaban serenos-Era yo quien quería irse, no la culpe- la Sra. Kirova anduvo por su oficina, con las manos entrelazadas en su estrecha espalda.
-Srta. Dragomir, según lo que a día de hoy obra mi conocimiento, seguro que usted puede ser perfectamente la que orquestara todo el plan, pero era responsabilidad de ella asegurarse de que usted no la llevase a cabo. Si hubiera cumplido su deber, habría notificado esto a quien correspondiese. Si hubiera cumplido con su deber, la habría mantenido a salvo.
-¡Yo he cumplido con mi deber!-grito Rose, levantándose de la silla. Dude si ir a cogerla en ese instante, Alberta que estaba a mí lado, también lo hizo, pero finalmente nos quedamos quietos-¡La he mantenido a salvo! ¡La he protegido incluso cuando ninguno de ustedes hizo nada por ella!-hizo un amplio gesto alrededor de la sala- Me la lleve para apartarla del peligro, hice lo que debía hacer, algo que ninguno de ustedes hizo, por cierto.
-Srta. Hathaway, perdóneme si no soy capaz de seguir la lógica de su argumento al entender que usted pretende que sacarla de un lugar muy bien protegido y defendido con recursos mágicos es lo que entiende por protección. A menos que haya algo más que no nos haya contado-Rose se mordió el labio, ósea que algo ocultaba, entonces de qué o quién la estaba protegiendo.
- Ya veo. Bien, entonces. Según mi estimación, el único motivo por el cual usted se marchó, además de por el afán de la novedad que tanto le atrae, sin duda, fue para evitar las consecuencias de esa horrible y destructiva hazaña que cometió inmediatamente antes de su desaparición.
-No, ése no es…
- Y esto sólo hace mi decisión más fácil. Como es una moroi, la princesa debe continuar aquí en la Academia por su propia seguridad, aunque no tenemos las mismas obligaciones en lo que a usted se refiere. La enviaremos fuera tan pronto como sea posible.
-¿Qué yo… qué?-la princesa se puso al lado de su "guardiana"
-¡No puede hacer eso! Es mi guardiana-excelente futura-guardiana, considerando la posibilidad de un vínculo.
-Ella no es nada de eso, particularmente teniendo en cuenta que ni siquiera posee ese rango, ya que aún es una novicia-una buena palabra novicia, no la podía simplemente dejar ir, la palabra novicia lo decía todo, aún le quedaba por aprender.
- Pero mis padres…- El accidente, ¿tendría algo que ver con la conexión?
-Conozco la voluntad de tus padres, que Dios dé descanso a sus almas, pero las cosas han cambiado y la señorita Hathaway es prescindible. No se merece ser guardiana así que se irá
-¿Adónde va a enviarme? ¿Con mi madre a Nepal? ¿Sabe ella siquiera que me he escapado? ¿O es que se le ha ocurrido mandarme con mi padre?– la valentía de Rose se agoto, al parecer no podía creer lo que oía-O quizá me va a largar de aquí para que me convierta en una prostituta de sangre. Inténtelo y nos habremos marchado antes de que haya finalizado el día.
-Srta. Hathaway, está pasándose de la raya.
-Tienen una conexión-interrumpí, mire a la dhampir -Rose sabe lo que siente Vasilissa, ¿a qué sí?-La directora Kirova no lo podía creer y no dejaba de mirarnos a mí, a la princesa y a Rose que parecía que le había agradado que la directora hubiera sido encontrada con la guardia baja, lo cual no significaba que no estaba asombrada por mi descubrimiento.
-No, eso es imposible. No ha ocurrido nada semejante en siglos.
-Salta a la vista- dije -Lo sospeché tan pronto como comencé a observarlas-ni la princesa ni la dhampir respondieron, pero está última aparto su mirada.
-Es un don- murmuró Víctor desde la esquina donde se encontraba-Algo inusual y maravilloso.
-Los mejores guardianes siempre han tenido ese vínculo-dije-Al menos eso aseguran las viejas historias-la indignación de la directora Kirova regresó.
- Esas historias tienen varios siglos de antigüedad- exclamó-Seguramente no estarás sugiriendo que le permitamos permanecer en la Academia después de cuanto ha hecho… -Me encogí de hombros.
-Puede que sea indisciplinada e irrespetuosa, pero si tiene ese potencial…–dije al fin lo que había estado aguantando desde hace mucho.
-¿Indisciplinada e irrespetuosa?- me interrumpió la dhampir, al parecer no le había gustado su descripción-¿Y quién demonios eres tú, de todos modos? ¿Ayuda subcontratada?
-Belikov es ahora el guardián de la princesa-dijo la directora-Su guardián autorizado.
 -¿Es que ha ido a buscar mano de obra extrajera barata para proteger a Lissa?-¿Sabría ella qué la mayoría de los guardianes eran descendientes de los rusos o rumanos? Creo que sí, también creo que sabría que yo era ruso; lo cual solo deja la alternativa de que su temperamento se hizo presente de nuevo.
- ¿Estás viendo? ¡Totalmente indisciplinada! Por mucha conexión psíquica que tenga con ella y aunque tenga el potencial más grande que haya en el mundo, esto no se puede tolerar. Un guardián sin disciplina es mucho peor que carecer de protección en absoluto
-Pues enséñele a ser disciplinada. Las clases acaban de empezar. Métela de nuevo en ellas y vuelva a entrenarla otra vez.
-Eso es imposible. Se quedará muy por detrás del resto.
- No, no lo haré-dijo Rose. Todos la ignoraron, pero yo no, eso demostraba de nuevo su fortaleza
-Entonces, dele clases de entrenamiento extras-repliqué.
-¿Y quién va a dedicarle ese tiempo extra? ¿Tú?- Me quedé en blanco, no me esperaba eso.
- Bueno, no era eso lo que yo…- la directora Kirova cruzó los brazos con satisfacción.
- Sí. Justo como pensaba- Mire a Rose y a la princesa Vasilissa, era una princesa que necesitaba una guardiana valiente y decidida, y también vi a una dhampir que cumplía con lo que necesitaba y allí estaba yo, el único que podría hacer que esa moroi y esa dhampir fueran moroi-guardián.
-Sí. Yo me ocuparé de Rose. Le daré sesiones extra aparte de las normales.
-Y entonces, ¿qué?-insistió la directora Kirova furiosamente-¿Se queda sin castigo?
-Encuentre otra manera de reprenderla. El número de guardianes ha descendido mucho poco para arriesgarse a perder otro. En especial si es una chica-dije recordando a esas dhampir que preferían la vida fácil.
-Me inclino a estar de acuerdo con el guardián Belikov. Mandar lejos a Rose sería una lástima un desperdicio de talento-dijo el príncipe Víctor. La directora Kirova miraba por la ventana, se giro a la princesa y esta comenzó a suplicar.
- Por favor, Sra. Kirova. Deje que Rose se quede.
-Si la Srta. Hathaway se queda, las cosas serán así-se dirigió a Rose- Su presencia en St. Vladimir será estrictamente condicional. Sálgase de la línea marcada una vez, y se marchará. Asistirá a todas las clases y entrenamientos requeridos para las novicias de su edad. También se entrenará con el guardián Belikov en cada momento libre que disponga, antes y después de las clases. Además de eso, queda apartada de todas las actividades de tipo social, excepto la comida, y el resto del tiempo permanecerá en su dormitorio. Si no cumple todo lo estipulado, la enviaremos… fuera.
-¿Apartada de todas las actividades sociales? ¿Está intentado mantenernos separadas?-hizo un gesto hacia Vasilissa-¿Es que teme que volvamos a escaparnos de nuevo?
-Sólo tomo precauciones. Como estoy segura de que usted recuerda, no ha sido convenientemente castigada por la destrucción de la propiedad escolar. Tiene un montón de cosas que compensar. Se le está ofreciendo un  trato muy generoso. Le sugiero que no deje su actitud habitual lo ponga en peligro-Yo seguí mirando a la dhampir, en serio tenía confianza en que ella lograría ser una gran guardiana, pero tenía un gran trabajo por delante.
-Vale. Acepto.

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