domingo, 6 de febrero de 2011

Capítulo 5

      Capítulo 5
Ese domingo en la mañana, antes que se acabará mi turno, me encontré con la directora de la academia, la Sra. Kirova.
- ¿Qué tal le está pareciendo su estancia en la Academia, guardián Belikov?-dijo la Sra. Kirova apenas me vio. Me pregunté que se estaba trayendo entre manos, ella nunca se había mostrado tan amable conmigo.
- Bastante bien, me he adaptado a la perfección -Le respondí cortésmente.
- Me alegro mucho, ya he podido darme cuenta que está haciendo un gran trabajo aquí, en la Academia. Si quiere puede tomarse un descanso, además hoy es domingo, día del Señor. ¿Usted va a la iglesia?
- Sí, cuando estaba en Rusia iba bastante, pero…
- ¡Perfecto! - exclamó interrumpiéndome - Hoy, al igual que cada domingo hay misa. Si quiere puede ir-estaba muy seguro de que eso no era una sugerencia si no una orden. De todos modos estará bien, iré a la iglesia, ya que ese es un lugar que por algún extraño motivo siempre me ha hecho sentirme bien, en paz y hacía mucho que no iba.
- Me parece una excelente idea - le dije.
- Muy bien, supongo que ya sabe donde se encuentra la Iglesia, dese prisa la misa debe estar por comenzar.
Camine hasta la Iglesia, estaba algo curioso por saber a qué se debía la oferta de la Sra. Kirova. Pero una vez que entre a la Iglesia comprendí a que se debía todo esto. La princesa Dragomir estaba sentada en una de las filas de  enfrente, pero ella no era quien me preocupaba. Intenté mantener mi rostro inexpresivo al saber que su acompañante era nada más y nada menos que Rose Hathaway. Busque un asiento bastante lejos y oculto en las sombras, aunque de todas formas sabía que de una u otra manera ella me vería y quizá pensase que la estaba siguiendo.
Dudaba que Rose fuese creyente y menos del tipo de devotos que van a misa porque si no podía mantenerse tranquila mientras un profesor daba la clase, dudaba que pudiese mantenerse quieta durante lo que durará el sermón. Aunque probablemente sólo era una excusa para poder reunirse con Vasilissa y encontrar algo de libertad, pero al parecer su plan no le había salido como ella esperaba. De algún modo la Sra. Kirova lo había descubierto y, por supuesto, debía enviarme a mí a vigilarla y ahora, en cuanto la misa acabase yo debería ir a su oficina e informarle la situación.
-Seguir el camino de Dios nunca es fácil-decía el sacerdote, no le prestaba demasiada atención-, incluso el Santo Vladimir, el santo patrón de la escuela, pasó tiempos difíciles. Estaba tan poseído por el espíritu que la que la gente a menudo se arremolinada a su alrededor cautivada, tan sólo para escucharle o estar en su presencia. Su espíritu era tan grande que, según dicen los viejos escritos, podía curar a los enfermos, pero a pesar de estos dones, mucha gente no le respetaba y se burlaba de él, alegando que estaba equivocado y confundido.

Buena definición de loco: equivocado y confundido, la verdad es que no escuche mucho más de lo que el sacerdote decía tenía que vigilar a Rose sin que ella se diese cuenta. Buen plan Sra. Kirova.
Entonces vi como Rose levantaba la cabeza con brusquedad cuando el sacerdote dijo:
-... y así fue como Anna Shadow-Kiss, bendecida por las sombras.-me pregunté la razón.
Al terminar la misa Rose se levanto y tras dedicarle a la princesa unas palabras que no logré oír se dirigió a la parte delantera de la iglesia, donde se encontraba el sacerdote hablando con una chica moroi de pelo negro y ojos verdes, Natalie Dashkov. Yo me escondí en un lugar cercado desde pudiese oír, pero ellos no pudiesen verme.
-Hola, Rose, me alegra mucho verte de nuevo-saludo el padre impresionado de verla.
-Ah, sí… A mí también-contestó- Le he oído hablar sobre Anna, sobre que había sido ‘bendecida por las sombras’. ¿Qué quiere decir eso?
 El padre frunció el ceño, de forma pensativa -No estoy seguro del todo. Vivió hace demasiado tiempo y entonces era normal referirse a la gente por títulos alusivos a alguno de sus rasgos. Probablemente se lo atribuirían para hacerla sonar más terrible-desde donde me encontraba no lograba ver el rostro de Rose, es decir, no podía saber si se había contentado con esa respuesta, pero algo me decía que no.
-Ah, vale. ¿Y quién era ella?-pregunto.
-Lo he mencionado un montón de veces-muy típico de Rose no escuchar. Anna era la guardiana de St. Vladimir.
Antes de irse el sacerdote le dio a Rose un libro sobre Los Santos Morois. El significado de Shadow-Kiss no lo conocía y debía averiguarlo porque tenía la sensación que tenía algo que ver con esas dos amigas. Pero eso debía esperar, la directora probablemente me esperaba para que le notificará si Rose se había comportado.
 -Guardián Belikov –dijo alegremente Kirova– Lo esperaba. Dígame ¿qué tal le fue en misa?
-Muy bien- intenté parecer cortés.
- Me alegro, ¿la Srta. Hathaway se encontraba allí?
- Sí-esta vez mi tonó fue más duro- Supongo que fue ese el motivo de su invitación.
-Muy observador. No me fio de Rose probablemente este tramando otra forma de huir.
-¿Cree que sería capaz?
-Sí, estoy segura de ello. Sé que sería una gran guardiana, pero no puedo tolerar ese comportamiento por su parte-no dije nada y ella volvió al tema principal-¿Notó algo anormal?
-Absolutamente nada- solo el hecho de que después de la misa ella quiso tener una charla con el sacerdote, pero yo no iba a decirle eso a Kirova. No ahora, hasta que estuviera seguro de que era eso que quería averiguar Rose-Estuvo muy atenta durante toda la misa.
- Ah. Perfecto- dijo algo sorprendida, sin saber que decir, supuse que esperaba otra respuesta por mi parte- De todas formas, me gustaría que siguiera asistiendo a la iglesia, si no es molestia-otra orden.
-Por supuesto. ¿Eso es todo?
-Sí, ya puede retirarse.
Me despedí con una leve inclinación de cabeza y salí de su despacho.
Según salí del despacho:
-¿Sabes lo último?-oí que preguntaba un novicio a otro.
-¿Qué?-pregunta el compañero intrigado.
-Pues que el guardián de Abby Badica-Xander- va a dimitir.
-¿Por qué haría eso?
-Para casarse.
-Venga ya.
-Patético, a que sí.
No escuche nada más me dirigí a mi habitación a descansar, pero mientras lo hacía pensaba en lo que acababa de escuchar, me imagine a mí y a Rose y una sonrisa se dibujo en mi rostro que borré casi al momento de darme cuenta en lo que estaba pensando una pareja era una distracción que no me podía permitir, no podía ser y  menos con Rose.
Al pensar en Rose recordé lo ocurrido en la iglesia, Anna Shadow-Kiss, ¿qué significaba? Suponía que en la biblioteca o habría mucha información respecto a su significado y ni siquiera tenía una biblia para comenzar mi investigación. Sabía que tenía algo que ver con ella, con Rose, debía descubrir el que, pero ahora tenía que descansar.
Tras dar un largo rato dando vueltas a este asunto me quedé dormido:
Ahí estaba Rose como siempre, corriendo como le había ordenado que hiciese. Pero de repente se acerca a mí y me dice:
-¿Bailas?-no entendía su proposición, pero tras un parpadeó me di cuenta que llevaba un vestido negro con el que me dejaba sin palabras.
-Tienes que entrenar-dije intentando disuadirla.
-El entrenamiento ya acabado-y entonces el gimnasio se convirtió en una de las zonas comunes.
-Pero no hay música.
-Sí-dijo y empecé a escuchar una canción lenta, no la conocía.
-No debo-digo bajando la mirada, para intentar reordenar mis pensamientos.
Entonces oigo una sonrisa
-No te preocupes, aquí no hay reglas, es un sueño, es tu sueño. Disfrútalo.
Entonces me levanto nos ponemos a bailar me siento feliz a su lado. Tras un rato ella acerca hasta dejar su rostro a casi cinco centímetros de distancia.
-Roza…-susurro mirando sus labios, cuanto deseo besarla.
-Hazlo-dijo ella tan segura de sí misma, como siempre. Pero al ver que yo seguía quieto poniéndose de puntillas reduciendo cada vez más la distancia que nos separaba y está casi se había desaparecido cuando...
Me desperté.

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